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Compliance Penal “Una medida de Prevención para la Empresa”
Desde el año 2015 se estableció que las personas jurídicas (las empresas) también son responsables directas de delitos tipificados en el código penal y por lo tanto pueden ser condenadas por ellos.
¿Qué es el compliance penal y para qué srive?
“Compliance” es una expresión inglesa que se refiere y traduce como obligación de cumplir la normal legal.
La Sentencia del Tribunal Supremo Sección Penal de 6 de febrero de 2020, definió el Compliance Penal como un conjunto de normas de carácter interno, establecidas en la empresa a iniciativa de órgano de administración, con la finalidad de implementar en ella un modelo de organización y gestión eficaz e idóneo que le permita mitigar el riesgo de la comisión de delitos y exonerar a la empresa, y, en su caso, al órgano de administración de la responsabilidad penal de los delitos cometidos por sus directivos y empleados.
Y que sirve para aplicar la cultura del cumplimiento del Derecho en la empresa y de las buenas prácticas que eviten la actividad delictiva tanto hacia dentro como hacia fuera.
Prevención de riesgos delictivos
Aunque la fijación de políticas de prevención de riesgos delictivos en las corporaciones no es obligatoria, si que el ordenamiento penal lo ha incentivado, tanto si se implanta con eficacia antes como después de cometida una determinada infracción penal, premiándola con atenuantes e incluso la exención de la pena si cumple con los requisitos exigidos en el Código Penal art. 31 bis 2 o 4.
Recomendaciones para minimizar riesgos
Actualmente se viene recomendando la implantación de este tipo de programas de cumplimiento, sobre todo en materia de ciberseguridad, no solo por lo anteriormente expuesto si no porque, hoy, los valores sociales de las corporaciones se vehiculizan y desarrollan externamente a través de las nuevas tecnologías: la confianza, la credibilidad, actualidad, visibilidad, influencia, relevancia, seguridad, respeto, transparencia, honestidad, etc.
Todas ellas en mayor medida se transmiten por medio de la informática y por ello, se debe potenciar el clásico deber de diligencia y el secreto profesional en entornos mucho más complejos, donde, en definitiva, se trata de minimizar los riesgos evitando conductas que a la larga puedan desembocar en problemas para la empresa.